Tan indudable fue el éxito del libro así como el de la película. Este largometraje dirigido por Josh Boone ha llegado a España el 4 de julio convirtiéndose en una cita obligatoria para la mayoría de adolescentes, y no tan adolescentes.
En él se narra la historia de amor entre Hazel Grace (Shailene Woodley) y Augustus Waters (Ansel Elgort), cuyo enemigo es ni más ni menos que el cáncer.
Al menos a mí, y esto ya es una opinión muy personal, esta historia me ha hecho reflexionar sobre a vida; lo poco que valoramos las cosas que tenemos, el mismo hecho de estar sano, cosas que vemos como año normal, sin importancia y muchos matarían por tener, aún así, quienes somos lo suficientemente afortunados como para ello, nos encaprichamos con minucias que no nos dejan ver lo que realmente poseemos.
¿De qué vale la ropa cara si te estás muriendo? ¿Para qué sirve tener todo el dinero del mundo si no tienes una familia o unos amigos con quién compartirlos? ¿Por qué quieres ser el mejor en todo si después llegas solo a casa, rodeado de trofeos y sin nadie que te abrace y te diga "bien hecho"? ¿De qué? De absolutamente nada.
John Green nos ha enseñado grandes lecciones de vida que si no estás demasiado ocupado puedes descifrar con rapidez.
El mismo hecho de estar, de quedarse hasta el final; sabes que va a terminar, que no te queda mucho tiempo, todo puede acabarse en una semana o en unas horas, pero eso no significa que no puedan disfrutarse los últimos momentos. A todo el mundo le gustan los finales, pero pocos tienen el coraje para vivirlos.
Realmente creo que la mejor elección que hicieron en el reparto fue Ansel Elgort. Elegir una cara bonita, pero no a un Mario Casas, no sé si me explico, un rostro tierno, alguien que podrías encontrarte por la calle tranquilamente, no a un chulo-playa.
Augustus Waters es la viva imagen de ese chico que toda chica espera.
Para terminar con una conclusión rápida, diría que es de las pocas películas que he visto hacer justicia al libro, sin embargo, quién no haya leído todavía Bajo la misma estrella, no sé a que está esperando.
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